martes, 4 de octubre de 2016

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Pedagogía de la Ternura

Esa misma ternura que brindan los padres a sus hijos -fina sensibilidad que acompaña a su amor cuando los alimentan, los educan y les enseñan a vivir dignamente. La que ofrece el maestro hacia el ser humano, que hace pensar en la concepción que tiene de sus alumnos como seres que piensan, sienten y actúan. La que acompaña la formación de cada niño y joven para que se abra paso en la vida y él mismo logre alcanzar el lugar que le corresponde en la sociedad. La ternura que el Che nos expresó que no perdiéramos jamás. La que marcha junto a la lucha contra todo lo que pueda oponerse a estos objetivos y que facilita la exigencia, el esfuerzo, la alegría y el convencimiento del deber social.
En la actualidad muchos son los autores que de una forma u otra analizan, desde diversos puntos de vista, la problemática relacionada con la ternura. Entre ellos se encuentra el autor colombiano Luis Carlos Restrepo quien escribió el libro El derecho a la ternura, en el que expresa que esta no pertenece por derecho propio al rostro cachetón y sonrojado de la infancia, ni tampoco al de la madre Abnegada y bondadosa. El autor propone acabar con los dictados de nuestra cultura que prohíben a los hombres abrirse al lenguaje de la sensibilidad.

Rescata la ternura y la afectividad como claves no sólo para la vida cotidiana. Expresa que un pretendido rigor científico las excluyó de las escuelas y el mundo académico, y plantea que si algo está democráticamente distribuido en la sociedad contemporánea es precisamente el analfabetismo afectivo y convoca a decir no a la violencia cotidiana y apostar a la ternura.
Todos conocemos que en la obra martiana podemos encontrar una riqueza extraordinaria acerca de la educación, la enseñanza y cómo proyectarse en la formación de nuestros niños y jóvenes.
Como resultado de su sistematización hemos valorado un grupo de postulados importantes, de los cuales tomamos seis que también sustentan la presente alternativa educativa:

* Los niños saben más de lo que parece.
* Lo que importa es que el niño quiera saber.
* ...No se sabe bien sino lo que se descubre.
* Que los niños no vean, no toquen, no piensen en nada que no sepan expresar.
* La mente es como las ruedas de los carros, y como la palabra: se enciende con el ejercicio.
* Que la escuela sea sabrosa y útil.

Todos los elementos explicados, combinan dos con un enfoque optimista que renueve la labor educativa, a ver a la pedagogía desde otra perspectiva: la perspectiva de la ternura.



Las verduras


El concepto de verdura se utiliza para nombrar a las hortalizas, especialmente aquellas que disponen de hojas verdes. El término, de todas formas, no es científico, por lo que su alcance puede variar según cada país o cultura.

En general puede decirse que las verduras son aquellas plantas comestibles cuyas hojas tienen color verde. En este sentido pueden incluirse en el grupo a diversas partes de las plantas según lo que forme parte de la alimentación humana: semillas como los guisantes o arvejas, tallos como los espárragos, frutos como los pepinos u hojas como la acelga.

Algunos alimentos que suelen considerarse como verduras no se caracterizan, de todos modos, por su color verde, como la zanahoria, las papas o patatas, las cebollas o la berenjena. El verde está dado por un pigmento natural denominado clorofila, que varía de acuerdo a diversas características y explica por qué los tonos verdosos pueden variar incluso entre plantas de la misma especie.


Existen diversos usos culinarios de las verduras. Muchas de ellas se consumen crudas en ensaladas, condimentadas con aceite o vinagre. Ése es el caso de la lechuga o la rúcula. Otras verduras suelen cocinarse al vapor, hervidas, asadas, horneadas o fritas. Incluso es posible licuar algunas verduras para beberlas, como la zanahoria.